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Con una jornada de 16 días se celebrará la no violencia contra las niñas y mujeres en el país.
En Ecuador más del 60,6% de mujeres entre 15 y 49 años señala haber sufrido algún tipo de maltrato durante su vida. En el caso de indígenas, afrodescendientes y migrantes sufren una doble o triple discriminación por su pertenencia étnica o por su condición migratoria, así como por su edad u orientación sexual. Así lo recoge una investigación realizada por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social.
Los datos a escala regional son similares. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo dio a conocer el viernes pasado que en Centroamérica dos de cada tres mujeres maltratadas son asesinadas, mientras que entre el 10% y el 27% de las mujeres en 12 países de Latinoamérica y el Caribe reportó haber padecido violencia sexual y en el 20% al 40% de los casos fue causada por los mismos familiares de la víctima.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), República Dominicana es el tercer país con la tasa más alta de feminicidios en la región. Ese país debe asumir la responsabilidad de eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas, dijo el coordinador residente de la ONU en República Dominicana, Lorenzo Jiménez de Luis.
En países como El Salvador, el 60% de las mujeres víctimas de violencia de género sufrióabusos psicológios, según el informe publicado por el Ministerio de Salud del país centroamericano, el pasado viernes.
"El pico de la violencia sexual está entre las mujeres jóvenes, entre los 12 y 24 años, y es de las más altas, de las que llega a la justicia. Pero la violencia psicológica está en la base, quizás la más amplia, pero la menos identificada", explicó María Elena Ávalos, coordinadora del programa de Atención Integral de las Personas Afectadas por la Violencia.
En América Latina y el Caribe, El Salvador ocupa los primeros lugares en violencia sexual contra niñas y mujeres. En la actualidad se está capacitando al personal de salud en la identificación de síntomas del Síndrome de la mujer maltratada. Cefaleas, depresión, gastritis, problemas de ansiedad, cansancio y fatiga crónica son algunos de los cuadros que pueden presentar las víctimas de este tipo de violencia.
La problemática afecta tanto a mujeres de bajo y alto nivel económico, aunque las mujeres que tienen acceso a una educación tienen mayores posibilidades de hacer frente al problema.
En Ecuador esto no difiere. Las principales formas de maltrato son las físicas, psicológicas y sexuales, y en el caso de las mujeres indígenas la violencia es mayor que en las mujeres mestizas.
Según el documento de Participación Ciudadana, que revela el accionar contra las mujeres en el país, se determina que hace falta diseñar y poner en vigencia medidas de protección integral contra la violencia de género. Además de atender básicamente la agresión contra las mujeres en las relaciones de pareja, "haciendo visible que es una violencia que se dirige contra las mujeres por el hecho mismo de serlo, como manifestación de la desigualdad existente entre hombres y mujeres y atender sus especificidades", señala el texto.
En el caso de los niños, niñas y adolescentes la violencia se naturaliza como una forma de impartir disciplina. En muchos de los casos, los agresores están dentro de su entorno más cercano. Las hijas e hijos de las víctimas de violencia de género sufren trastornos en su desarrollo social, psicológico y físico por lo que requieren atención, afirma Participación Ciudadana.
En Ecuador más del 60,6% de mujeres entre 15 y 49 años señala haber sufrido algún tipo de maltrato durante su vida. En el caso de indígenas, afrodescendientes y migrantes sufren una doble o triple discriminación por su pertenencia étnica o por su condición migratoria, así como por su edad u orientación sexual. Así lo recoge una investigación realizada por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social.
Los datos a escala regional son similares. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo dio a conocer el viernes pasado que en Centroamérica dos de cada tres mujeres maltratadas son asesinadas, mientras que entre el 10% y el 27% de las mujeres en 12 países de Latinoamérica y el Caribe reportó haber padecido violencia sexual y en el 20% al 40% de los casos fue causada por los mismos familiares de la víctima.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), República Dominicana es el tercer país con la tasa más alta de feminicidios en la región. Ese país debe asumir la responsabilidad de eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas, dijo el coordinador residente de la ONU en República Dominicana, Lorenzo Jiménez de Luis.
En países como El Salvador, el 60% de las mujeres víctimas de violencia de género sufrióabusos psicológios, según el informe publicado por el Ministerio de Salud del país centroamericano, el pasado viernes.
"El pico de la violencia sexual está entre las mujeres jóvenes, entre los 12 y 24 años, y es de las más altas, de las que llega a la justicia. Pero la violencia psicológica está en la base, quizás la más amplia, pero la menos identificada", explicó María Elena Ávalos, coordinadora del programa de Atención Integral de las Personas Afectadas por la Violencia.
En América Latina y el Caribe, El Salvador ocupa los primeros lugares en violencia sexual contra niñas y mujeres. En la actualidad se está capacitando al personal de salud en la identificación de síntomas del Síndrome de la mujer maltratada. Cefaleas, depresión, gastritis, problemas de ansiedad, cansancio y fatiga crónica son algunos de los cuadros que pueden presentar las víctimas de este tipo de violencia.
La problemática afecta tanto a mujeres de bajo y alto nivel económico, aunque las mujeres que tienen acceso a una educación tienen mayores posibilidades de hacer frente al problema.
En Ecuador esto no difiere. Las principales formas de maltrato son las físicas, psicológicas y sexuales, y en el caso de las mujeres indígenas la violencia es mayor que en las mujeres mestizas.
Según el documento de Participación Ciudadana, que revela el accionar contra las mujeres en el país, se determina que hace falta diseñar y poner en vigencia medidas de protección integral contra la violencia de género. Además de atender básicamente la agresión contra las mujeres en las relaciones de pareja, "haciendo visible que es una violencia que se dirige contra las mujeres por el hecho mismo de serlo, como manifestación de la desigualdad existente entre hombres y mujeres y atender sus especificidades", señala el texto.
En el caso de los niños, niñas y adolescentes la violencia se naturaliza como una forma de impartir disciplina. En muchos de los casos, los agresores están dentro de su entorno más cercano. Las hijas e hijos de las víctimas de violencia de género sufren trastornos en su desarrollo social, psicológico y físico por lo que requieren atención, afirma Participación Ciudadana.
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