China: menos bebés, más rinoplastias
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Docenas de clínicas de cirugía plástica en la ciudad de Chongqing, al suroeste de China, han llenado las calles de afiches promoviendo la cirugía 'Torre Eiffel'. Se trata de un procedimiento inventado por el especialista Wang Xuming, que según el anuncio "reconstruye" la nariz para que adquiera la misma silueta del famoso monumento francés.
El periodista Tom Hancock escribe para la agencia de noticias France Presse que este fenómeno responde a una realidad: cada vez hay más graduados que necesitan conseguir un empleo y una buena apariencia física ofrece más posibilidades de éxito. Es uno de los motivos por los cuales el mercado de la cirugía plástica en ese país ha crecido hasta convertirse en el tercero más próspero en el mundo, detrás de EE.UU. y Brasil.
Este mes el Gobierno anunció que, entre otras reformas, flexibilizaría la política del hijo único, implantada en 1979 para controlar el crecimiento demográfico. Antes de ese año era común encontrar, sobre todo en sectores rurales, hogares hasta con cuatro niños, pero como apunta la sección financiera del diario británico The Guardian, se trataba de una sociedad donde el bienestar se medía en función de tener suficiente para comer.
Pero desde que en la década de los 80, China empezó a adoptar la libre empresa, un estimado de 400 millones de personas ha salido de la pobreza extrema, y ha surgido una clase media muy próspera. Y todos los bebés nacidos durante esta bonanza -hijos únicos- han recibido la mejor comida, ropa y educación sin necesidad de compartirla con nadie.
Es uno de los orígenes de la duda de que esta generación denominada por varios expertos 'xiao huangdi' -'pequeño emperador'- vaya a aprovechar esta posibilidad de aumentar la población.
Un problema económico, pero también social
La flexibilización de la política familiar responde a la falta de mano de obra y los graves desequilibrios de género que provocaba en algunas regiones. Pero Jeffrey Kluger escribió a inicios de año para la revista Time que desde el 2010 ya se había planteado dentro del mismo Gobierno esa necesidad, en momentos en los que ser hijo único ya se había vuelto una desventaja competitiva.
Kluger apunta que en China ya se volvieron comunes los anuncios de empleo donde uno de los requisitos era "no hijos únicos". ¿La razón? En más de una ocasión empresarios y maestros han coincidido que les ha tocado afrontar una generación que "no sabe lidiar con la amargura y la frustración, tienen habilidades sociales limitadas y exigen gratificación inmediata".
Por eso los sociólogos no anticipan una explosión demográfica, en un momento en que las jóvenes parejas chinas optan voluntariamente por familias chicas, y la tasa de fecundidad es de 1,5 nacimientos por mujer, "muy por debajo" de los 2,1 hijos que supuestamente garantizan la renovación de las generaciones, según Joan Kaufman, experto en política pública del Columbia Global Centers en Pekín.
"Creo que depende de la gente. Últimamente, la mayoría de los jóvenes chinos no quiere muchos hijos", confirmó Zhang Yan, una mujer de 29 años que tiene un hijo de dos años a la agencia de noticias Associated Press.
Tanto ella como su marido son hijos únicos, pero no han decidido todavía si tendrán un segundo hijo. Al momento de planificar también toman en cuenta factores como el costo de comprar una vivienda más grande y cuánto se gastará en educación y cuidado sanitario de un nuevo miembro.
Mientras muchos vaticinan que para el 2020 ya no existirá la política del hijo único, los recién graduados de las universidades chinas -casi todos sin hermanos- se preo-cupan de mejorar su aspecto para entrar al mercado laboral o, por qué no, dedicarse a la cirugía plástica
Esto significa que la regla del hijo único no se aplicaba ya en el 37% de las parejas chinas, según un estudio del 2007. Familias acomodadas no dudan en tener un segundo hijo pagando una multa.
La población china en edad de trabajar disminuyó el año pasado por primera vez desde 1963, según el Gobierno, y los chinos de más de 60 años representarán el 30% de la población total en 2050, contra el 10% en el 2000, prevé la ONU. La flexibilización “se justifica por motivaciones económicas, Pekín comienza a preocuparse por las penurias de mano de obra que podrían producirse de aquí a unos veinte años, o incluso antes”, explicó Cheng Li, director de investigación de un centro de la Brookings Institution en Washington.
Pero este principio de reforma no bastará, ya que la caída del índice de fecundidad en China no se debe únicamente a la política del hijo único. La tasa de esterilidad se ha multiplicado por cuatro en el país en espacio de 20 años y la subida de los precios del sector inmobiliario, de la educación y de los servicios médicos disuadió a muchas parejas autorizadas a tener un segundo hijo. AFP
El periodista Tom Hancock escribe para la agencia de noticias France Presse que este fenómeno responde a una realidad: cada vez hay más graduados que necesitan conseguir un empleo y una buena apariencia física ofrece más posibilidades de éxito. Es uno de los motivos por los cuales el mercado de la cirugía plástica en ese país ha crecido hasta convertirse en el tercero más próspero en el mundo, detrás de EE.UU. y Brasil.
Este mes el Gobierno anunció que, entre otras reformas, flexibilizaría la política del hijo único, implantada en 1979 para controlar el crecimiento demográfico. Antes de ese año era común encontrar, sobre todo en sectores rurales, hogares hasta con cuatro niños, pero como apunta la sección financiera del diario británico The Guardian, se trataba de una sociedad donde el bienestar se medía en función de tener suficiente para comer.
Pero desde que en la década de los 80, China empezó a adoptar la libre empresa, un estimado de 400 millones de personas ha salido de la pobreza extrema, y ha surgido una clase media muy próspera. Y todos los bebés nacidos durante esta bonanza -hijos únicos- han recibido la mejor comida, ropa y educación sin necesidad de compartirla con nadie.
Es uno de los orígenes de la duda de que esta generación denominada por varios expertos 'xiao huangdi' -'pequeño emperador'- vaya a aprovechar esta posibilidad de aumentar la población.
Un problema económico, pero también social
La flexibilización de la política familiar responde a la falta de mano de obra y los graves desequilibrios de género que provocaba en algunas regiones. Pero Jeffrey Kluger escribió a inicios de año para la revista Time que desde el 2010 ya se había planteado dentro del mismo Gobierno esa necesidad, en momentos en los que ser hijo único ya se había vuelto una desventaja competitiva.
Kluger apunta que en China ya se volvieron comunes los anuncios de empleo donde uno de los requisitos era "no hijos únicos". ¿La razón? En más de una ocasión empresarios y maestros han coincidido que les ha tocado afrontar una generación que "no sabe lidiar con la amargura y la frustración, tienen habilidades sociales limitadas y exigen gratificación inmediata".
Por eso los sociólogos no anticipan una explosión demográfica, en un momento en que las jóvenes parejas chinas optan voluntariamente por familias chicas, y la tasa de fecundidad es de 1,5 nacimientos por mujer, "muy por debajo" de los 2,1 hijos que supuestamente garantizan la renovación de las generaciones, según Joan Kaufman, experto en política pública del Columbia Global Centers en Pekín.
"Creo que depende de la gente. Últimamente, la mayoría de los jóvenes chinos no quiere muchos hijos", confirmó Zhang Yan, una mujer de 29 años que tiene un hijo de dos años a la agencia de noticias Associated Press.
Tanto ella como su marido son hijos únicos, pero no han decidido todavía si tendrán un segundo hijo. Al momento de planificar también toman en cuenta factores como el costo de comprar una vivienda más grande y cuánto se gastará en educación y cuidado sanitario de un nuevo miembro.
Mientras muchos vaticinan que para el 2020 ya no existirá la política del hijo único, los recién graduados de las universidades chinas -casi todos sin hermanos- se preo-cupan de mejorar su aspecto para entrar al mercado laboral o, por qué no, dedicarse a la cirugía plástica
- Aplicación relativa
Esto significa que la regla del hijo único no se aplicaba ya en el 37% de las parejas chinas, según un estudio del 2007. Familias acomodadas no dudan en tener un segundo hijo pagando una multa.
- Un envejecimiento inexorable
La población china en edad de trabajar disminuyó el año pasado por primera vez desde 1963, según el Gobierno, y los chinos de más de 60 años representarán el 30% de la población total en 2050, contra el 10% en el 2000, prevé la ONU. La flexibilización “se justifica por motivaciones económicas, Pekín comienza a preocuparse por las penurias de mano de obra que podrían producirse de aquí a unos veinte años, o incluso antes”, explicó Cheng Li, director de investigación de un centro de la Brookings Institution en Washington.
Pero este principio de reforma no bastará, ya que la caída del índice de fecundidad en China no se debe únicamente a la política del hijo único. La tasa de esterilidad se ha multiplicado por cuatro en el país en espacio de 20 años y la subida de los precios del sector inmobiliario, de la educación y de los servicios médicos disuadió a muchas parejas autorizadas a tener un segundo hijo. AFP

La fecundidad en China no se debe únicamente a la política del hijo único. La tasa de esterilidad se ha multiplicado por cuatro en el país en espacio de 20 años y la subida de los precios del sector inmobiliario, de la educación y de los servicios médicos disuadió a muchas parejas autorizadas a tener un segundo hijo.
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